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domingo, 19 de febrero de 2017

EL DIVINO


Bogotá, Colombia, 1860 - 1933
José María Vargas Vila, el escritor más leído y repudiado en lengua española, nace en Bogotá el 23 de junio de 1860.
Entre la nómina de modernistas hispanoamericanos, que atravesaron el océano huyendo de la intolerancia de los caudillos, destaca por la visceralidad de sus panfletos. Liberal, radical, anticlerical, escandalizó a los lectores con una larga lista de novelas eróticas a las que debe gran parte de su éxito.
El padre, el general José María Vargas Vila, luchó a favor de la causa liberal cuando en Colombia el general Tomás Cipriano de Mosquera se tomó la ciudad de Bogotá en 1861. Esta rebelión desató una guerra civil que dio lugar a la proclamación de los Estados Unidos de Colombia y a la romántica Constitución de Rionegro.

En 1864 muere el padre y doña Elvira Bonilla Matiz, la madre, queda a cargo de cinco hijos: Concha, Ana Julia, José Ignacio (el menor), Antonio (el mayor) y José María. La familia vive en el mayor desamparo a la espera de una pensión de viudedad que no llega.
El joven Vargas Vila realizó estudios primarios y secundarios en diferentes colegios de la capital pero la precaria situación familiar no le permitió continuar su formación.
Debía trabajar para ayudar con el sustento del hogar y, en 1876, se unió al ejército a las órdenes del General Santos Acosta, para defender el gobierno del liberal radical Aquileo Parra. Allí se le encomienda la tarea de pagador de su batallón.
En 1878 ocupa el cargo de maestro de escuela en la ciudad de Ibagué donde dejó una anécdota punzante en la que dio muestras de la ácida ironía que lo caracterizaría, en unos vengativos versos dedicados a la joven que lo rechazó.
En 1880 sube al poder su mayor enemigo, Rafael Núñez, considerado un traidor por los liberales debido a sus alianzas con los conservadores y con la Iglesia que se concreta en el Concordato que, entre otras cosas, deja la Educación en manos de la Iglesia, anulando así las conquistas de Constitución de Rionegro de vocación laica. Desde su exilio, Vargas Vila recurriría a los más infamantes epítetos para nombrar a quien, según él, pertenecía a la "raza triste de los tiranos filósofos".
En 1883, gracias a la ayuda de un pariente, se vincula como profesor al Liceo de la infancia, donde se educaban los hijos de la oligarquía bogotana. Allí tropezó con otro de sus enemigos, el sacerdote jesuita Tomás Escobar, rector de tan prestigiosa institución. Entre los áulicos se encontraba el poeta modernista José Asunción Silva, impecablemente ataviado, extraordinariamente cultivado, a quienes los envidiosos apodaban José Presunción Silva.
Debido a las reformas de Núñez se daba en el país un debate sobre la Educación, se cuestionaba el papel de la Iglesia en la formación de la juventud. Peligraban los principios en los que se basaban las Escuelas Normales instauradas durante el gobierno radical y la tensión social se agudizaba en un clima de guerra civil. Por sus diferencias con el cura Tomás Escobar, Vargas Vila es expulsado del plantel. La venganza no se hace esperar y el 30 de agosto de 1884 se publica en el periódico La Actualidad un artículo titulado "Camino de Sodoma" firmado por Juan de Dios Uribe, apodado "El indio" en que se incluye una carta de su amigo Vargas Vila acusando al cura Escobar de prácticas homosexuales con los alumnos del plantel.
Enfrentado a la Iglesia y al Estado, los máximos poderes, Vargas Vila es sometido a un juicio, es excomulgado y acusado de los delitos que señalaba en el clérigo, a los que se añaden el de ladrón, pues en el careo se ventiló el rumor de que había huido con el dinero de su batallón -cuando fue pagador del mismo durante la guerra en la que participó-; además del de travestismo, ya que se decía que en las noches salía disfrazado de mujer.
En 1885, con tantas causas pendientes, Vargas Vila se refugió en Tunja. Precisamente un cura amigo, Leandro María Pulido, le consigue el cargo de maestro de escuela en la vecina población de Villa de Leyva. Ese mismo año estalla otra de las muchas guerras civiles en el país y en la que él asegura haber participado bajo las órdenes del general Daniel Hernández, en defensa de la causa radical. Nuñez, el gran vencedor en esta contienda, suprimirá la libertad de prensa, restituirá la pena de muerte y perseguirá a los radicales.
En 1886 Vargas Vila huye a Venezuela donde conoce al caudillo Joaquín Crespo; también a la persona más amada por él, el poeta Ramón Palacio Viso, a quien considera hijo adoptivo. Allí, en la ciudad de San Cristóbal funda el periódico Los Refractarios, junto con otros radicales colombianos: Ezequiel Cuartas Madrid, Avelino Rosas y Emiliano Herrera, perseguidos por Rafael Núñez. Su fama de panfletario crece y se expande con esos primeros escritos que recogerá en Pretéritas, y en los que da cuenta de esos años. Durante el exilio recibe la noticia del fallecimiento de la madre. En cuanto a las hermanas, éstas toman los hábitos e ingresan en un convento.
En 1887 asiste al entierro de su amigo, el político radical, Diógenes Arrieta, en Caracas y allí ante su tumba pronuncia el célebre panfleto -considerado como una obra maestra de oración masónica por el investigador Malcon Deas-, que muchas generaciones de colombianos repitieron emocionadas:
"...tu tumba será sagrada; /aquí no vendrán en la noche silenciosa -como irían en tu patria- los lobos del fanatismo a aullar en torno a tu sepulcro, hambrientos de tu gloria."
Ese año publica su primera novela Aura o las violetas en la que sigue el modelo romántico y que fue llevada al cine en 1922.
En 1889 se encuentra en Curaçao, donde pudo haber coincidido con Joaquín Crespo que por esas mismas fechas se había visto forzado a trasladarse a las Antillas desde donde pretendió invadir a Venezuela, lo que le valió la cárcel y eventual retiro de la política.
En 1892 Joaquín Crespo entra triunfante en Venezuela y se toma el poder. Vargas Vila ocupa el cargo de secretario privado y consejero en asuntos políticos. Crespo muere dos años más tarde y Vargas Vila abandona Venezuela acompañado de Ramón Palacio Viso.
En 1894 viaja a Nueva York donde funda la revista Hispanoamérica en la que publica los panfletos que lo harán célebre. Desde Nueva York realizó un viaje a Paris, según declara en su diario, después de la muerte de su admirado Leconte de Lisle (1894). En Nueva York publica Flor de Fango (1897), conoce a Eloy Alfaro y a José Martí quien intenta acercarlo a Rubén Darío, odiado por Vargas Vila debido a que Núñez le concedió al poeta el cargo de cónsul de Colombia en Buenos Aires.
En 1898 el presidente del Ecuador Eloy Alfaro lo nombra representante diplomático de su gobierno en Roma, lo que lo lleva a Europa. En 1899 llega a París con motivo de la Exposición Universal. Allí coincide con Rubén Darío con quien tiene ocasión de sellar una amistad de la que da cuenta en un libro escrito tras su muerte. También coincide con Rufino Blanco Fombona, Manuel Ugarte y Enrique Gómez Carrillo a quien toleró de mala manera por ser amigo de Darío.
En 1900 Vargas Vila edita en Roma Ibis, una novela de estilo d'annunziano, célebre por los suicidios que la leyenda achaca a su lectura; y Ante los bárbaros, un panfleto en donde denuncia las incursiones del yanqui en Centroamérica y Cuba. A partir de estos dos libros la carrera hacia el éxito es imparable: novelas eróticas, escritos de política, perfiles de sus autores admirados, homenajes a los amigos, libros epigramáticos en los que vuelca su visión trágica de la vida.
En 1903 viaja a Nueva York donde lo espera Palacio Viso con quien funda la revista Némesis desde la que dispara dardos envenenados contra los dictadores y caudillos. Colombia no acaba de reponerse de la una sangrienta guerra civil, la Guerra de los Mil Días, cuando pierde a Panamá ese mismo año. En 1904 realiza un viaje a Venecia donde escribe La simiente y luego regresa a España para instalarse en Madrid. Coincide con Rubén Darío en la comisión para arbitrar los límites entre Nicaragua y Honduras, como cónsul general de Nicaragua en Madrid
En 1905 participa en las celebraciones del III Centenario de El Quijote en Madrid, en un acto con Rubén Darío. De 1909 a 1915 vive entre Madrid y Barcelona, con algunas estancias en Roma y en París. Es el periodo más fructífero y próspero de su vida y en el que se extiende la leyenda de su inmensa fortuna y sus excentricidades. Publica sus obras en las editoriales Ramón Sopena, Maucci y Ch. Bouret, entre otras.
Entre 1914 y 1918 permanece en Barcelona, preocupado por la situación de sus libros debido al encarecimiento del papel, pero atento a la política internacional. Escribe sobre la Revolución de Octubre y sobre la invasión alemana. En una edición posterior de Ante los bárbaros incluirá a Bismark entre la fauna de sus tiranos.
En 1920 recibe en Barcelona la visita de su hermano Antonio, con quien ha estado en contacto, según constata en su diario. Lo contrario de lo que ocurre con José Ignacio que también tiene pretensiones de escritor y que se presenta como un rival incómodo. Ese año el editor Ramón Sopena inicia la edición de sus obras completas. Vargas Vila decide viajar a Hispanoamérica para promocionarse.
El 12 de diciembre de 1923 se embarca rumbo a Buenos Aires junto con Ramón Palacio Viso. Fue la única oportunidad en que volvió a pisar el suelo colombiano, cuando el barco atracó en Barranquilla y aprovecho la ocasión para cobrar los derechos por la adaptación del Aura o las violetas al cine. En Buenos Aires la intelectualidad lo ignoró hasta el punto de que el poeta oficial Leopoldo Lugones no quiso reseñar su visita. Vargas Vila se vengó de la ciudad en el libro Mi viaje por Argentina, odisea romántica.
A su regreso, visita La Habana, después de pasar por México. Permanece tres años en la isla a raíz de una larga enfermedad. Lo atienden sus amigos José Manuel Cortina y Carlos Miguel de Céspedes. Recibe la noticia del fallecimiento de su hermano Antonio. Durante la estancia en Cuba asiste a la toma del poder de Gerardo Machado a quien visita. Escribe El canto de las sirenas donde hace un paralelo entre Martí y Sanguilly, tribunos de la emancipación cubana.
El 16 de abril de 1927 se embarca con su "hijo adoptivo" rumbo a Europa. Viaja con ellos la cubana Mercedes Gugou quien se ha casado con Palacio Viso. En mayo de ese año se encuentra en París. Palacio Viso está a punto de perder la vista y debe someterse a una delicada intervención quirúrgica. Vargas Vila visita a José de la Vega, encargado de negocios de la embajada de Colombia, quien está casado con una sobrina suya. Coinciden en dicha reunión, entro otros, el político cubano, Carlos Manuel de Céspedes y el colombiano Max Grillo. Vargas Vila da cuenta en su diario de sus mordaces comentarios contra Santos Chocano, de quien diría: "Tiene la inmunidad del excremento"; y contra Gómez Carrillo, que "anda siempre detrás de una mujer o de una patria para vivir de ellas".

En 1930 sube al poder en Colombia el liberal Enrique Olaya Herrera, Vargas Vila le envía un mensaje de felicitaciones. Tres años después se produce un altercado en la frontera con Perú, en la población colombiana de Leticia. Ésto desata una guerra en la que Colombia pierde el trapecio amazónico. En su lecho de enfermo, Vargas Vila escribe un telegrama, ofreciendo su pluma al servicio de la causa colombiana.
El 25 de mayo de 1933 fallece tras una larga enfermedad.

domingo, 4 de octubre de 2015

Vargas Vila y la Revolución Rusa de 1917

José María Vargas Vila.


"Siempre mantuvo Vargas Vila una posición crítica y reservada frente a la Revolución Rusa de 1917 y a su máximo dirigente, el gran Lenin".

Hernán A. Ortiz Rivas
Vargas Vila no solo fue un excelente novelista, dramaturgo, poeta y cuentista. También consagró su talento a temas y problemas políticos, históricos, sociales o filosóficos, lo mismo que a estudiar con estilo literario los asuntos importantes de su tiempo, como el reseñado antes sobre el imperialismo norteamericano. Por esto, hay en la obra de Vargas Vila varios textos dedicados a un hecho histórico de enorme significación: la Revolución Rusa de 1917. Con rapidez, vamos a tratar su posición frente a ese hecho que tanto ha repercutido en la vida social, económica, política, filosófica en el mundo entero, desde su aparición hasta los días actuales.

Intérprete idealista de la historia

Antes de entrar en el asunto propuesto, digamos que Vargas Vila, como autor culto, estaba enterado de la existencia de Marx, sustento ideológico de esa revolución; pero creemos que no lo había estudiado. Tal vez pudo saber algo elemental del gran fundador del comunismo contemporáneo, como se desprende de una nota que figura en su libro El ritmo de la vida, en el cual lo presenta como creador de la “interpretación materialista de la historia”, que pretende explicar todos los acontecimientos de la sociedad civil y la política por las “fuerzas económicas”, tesis que no le parece convincente, sin explicar los motivos ideológicos de su posición.
Vargas Vila se inclinó por una interpretación idealista de la historia; para él, las civilizaciones no las forman los pueblos sino “un núcleo de almas, en torno a un núcleo de ideas” que se mueven en las “soledades del océano”; se trata, pues, de palabras en el aire, sin ningún respaldo serio, riguroso ni objetivo.
En varios escritos, Vargas Vila se refirió a la Revolución Rusa de 1917. En primer lugar, ocupémonos de la contenida en su libro Belona Dea Orbi, donde dijo que la Rusia zarista era una vergüenza para la libertad, sin que tal situación hubiese mejorado mucho con el advenimiento del socialismo dirigido por Lenin, que se vendió a los alemanes.
He aquí sus palabras: “si la Revolución Rusa sale del estado caótico en que está, y no se cristaliza y se solidifica en algo más que en esa jerarquía de cuerpos organizados para la traición, será preciso confesar que esa revolución ha sido más funesta al triunfo de la libertad que lo fueron el zar y su dominio confuso y fatal”. Para Vargas Vila, la entrega de los rusos a los alemanes en la guerra, a más de traición fue un detrimento de la libertad.

Nacimiento de un sol

En otro de sus libros: En las zarzas del Horeb, en la parte dedicada a Rusia, escribió que estaba invadida por un “enigma rojo”, al pie de los escombros de un “enigma gris”. Lenin había sucedido a Rasputín. Rusia con su revolución era todavía la “anarquía”, no la “libertad”, pero lo será. Rusia, en palabras de Vargas Vila: “es un volcán brillando en las tinieblas: es el caos; no hay que olvidar que del caos surgió el sol, según el Génesis; y la libertad del mundo surgirá de allí… de aquel pestañear de tinieblas que anuncia el nacimiento de un sol”. Hay, pues, en esta rápida y ligera actitud de Vargas Vila hacia la Revolución Rusa de 1917 una esperanza de vislumbrar un futuro mejor para la humanidad, pero llena de cautela.
En una entrevista de Vargas Vila, concedida en 1932, un año antes de su muerte, al colombiano Marcelino Valencia, fue más directo frente a Lenin, al decir: “es demasiado grande para ser juzgado todavía y para saber si su obra ha hecho más bien o más mal al mundo, porque siempre quedará el derecho a preguntar si este mundo estaba preparado en su cobardía para el mantenimiento de esas ideas. Ya en Lenin es dividido siempre el traidor y el pensador; el hombre que abrió la brecha en Rusia para que pasaran sus ideas”.

Siempre mantuvo Vargas Vila una posición crítica y reservada frente a la Revolución Rusa de 1917 y a su máximo dirigente, el gran Lenin. No podía ir más lejos un intelectual, heredero fiel del liberalismo doctrinario europeo, producto de la modernidad burguesa, que sin haber asumido una posición antisocialista, tampoco se identificaba con la ideas de un Lenin, continuador ejemplar del pensamiento marxista.

jueves, 25 de junio de 2015

Frases de José María Vargas Vila

La corrupción del alma es más vergonzosa que la del cuerpo.

Sólo en las regiones de la fantasía es dado crear; crear es la misión del genio.

Sólo en el amor el hombre es grande puesto de rodillas; porque el amor es la única esclavitud que no deshonra.

Toda obra de arte es personal. El artista vive en ella, después de que ella vivió en él largo tiempo.

Todos los hombres son aptos para perpetuar la especie; la naturaleza forma y escoge aquellos que son dignos de perpetuar la idea.

Yo, no he visto un soñador más pertinaz, que aquel anciano proscrito, que parecía no darse cuenta de que andaba por sobre las cenizas de los muertos.

Solo un gran soldado amó esa idea (la unidad latinoamericana), solo él, habría sido digno de realizarla, y, ese grande hombre, es hoy un muerto: Eloy Alfaro... Sólo él tenía entre sus manos, el fragmento de la espada rota de Bolívar.

jueves, 21 de mayo de 2015

José María Vargas Vila, adelantado del anti-imperialismo en Colombia











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José María Vargas Vila, adelantado del anti-imperialismo en Colombia
El escritor colombiano José María Vargas Vila nació en Bogotá en 1860 y murió en Barcelona, en 1933, cuando le faltaba un mes para cumplir 73 años

Desarrolló Vargas Vila una obra de claro sentido anti imperialista y condenatoria de las primeras satrapías que aparecieron en estas tierras.
Vargas Vila, apodado "El Divino", sufrió el exilio por su posición anti clerical, su ateísmo declarado y su postura anti yanqui, que se ve con más énfasis en "Ante Los Bárbaros".
Las élites conservadoras de Colombia junto con la iglesia católica intentaron ridiculizar y condenar al ostracismo la obra de Vargas Vila. En una época se prohibió su lectura señalándola de "pecaminosa", pero no pudieron contener la denuncia contra los atropellos de la plutocracia interna, respaldada por el capital imperial.
En este aniversario de su nacimiento, bueno es recordar así sea en forma breve, el carácter adelantado de este escritor, que en 1900 decía:
..."ellos han invadido a México, aprisionado a Cuba, a Haití, a Santo Domingo, conquistado a Puerto Rico y despedazado a Colombia y cometido el robo audaz de Panamá...
..."el águila azteca tiene ya una ala rota y aprisionada en el pico del águila sajona. "las turbas hambreadas y esqueléticas que en diaria y dolorosa emigración dejan cada día las costas de Puerto Rico, anuncian al mundo cómo la raza invasora y rapaz, persigue, aniquila y destruye la pobre raza vencida, que se les entregó allí como un rebaño; ..."¡ pobres pueblos vendidos, no vencidos !
Vargas Vila deja en esa misma obra una salida de gran vigencia: "Prever o desaparecer; he ahí el dilema; y ¿cuál es la palabra de la previsión? Unión, unión de esos pueblos, todos bajo el estandarte glorioso de la raza; "Unión estrecha y fraternal de los pueblos todos de América Latina, hasta hoy ferozmente encelados y dispersos".
("Ante Los Bárbaros", 1900. Publicada en Roma, cuando aún no se habían cometido la agresión yanqui a Nicaragua, Haití, México y Santo Domingo. La edición sólo vino a cerrarse después de la Primera Guerra Mundial).
Sufrió Vargas Vila el exilio junto con otros colombianos como el bolivarense Diógenes Arrieta, con quien en Venezuela, fundó periódicos y otras revistas desde donde combatió a Rafael Núñez, de quien diría: "todo en él tuvo la densa oscuridad del abismo".
El pueblo raso siempre tuvo simpatía con Vargas Vila, Barranquilla fue una ciudad querida por el escritor donde en una ocasión una multitud de admiradores rodeó el hotel donde se alojó, de tal manera que se creó un problema de orden público.
José María Vila conoció en vida el éxito de sus libros, recorrió el mundo, dictó conferencias en las grandes universidades de su época, fue admirador de José Martí y de Simón Bolívar, dejó 108 libros y ganó buen dinero con sus obras que aún hoy se leen con avidez desde México hasta Argentina.

La biografía
José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla (Bogotá, 23 de julio de 1860 - Barcelona, 25 de mayo de 1933), conocido como José María Vargas Vila, fue un escritor colombiano.
Es uno de los personajes más polémicos de principios del siglo XX en América, José María Vargas Vila se caracterizó por sus ideales liberales radicales y la consecuente crítica contra el clero, las ideas conservadoras y la política imperialista de Estados Unidos. Muchas de sus ideas son próximas al existencialismo y se fueron afirmando como libertarias, muy próximas al anarquismo, a tal punto que él mismo se declarara anarquista. Sin embargo se caracterizó por defender toda causa y personaje que favoreciera la libertad y la justicia de los pueblos, especialmente los latinoamericanos; sin fijarse tanto en si compartían exactamente su misma forma de pensar a pesar de ser consciente de ello: mi pasión por la libertad ha devorado mi vida, escribió.
En su juventud alternó el oficio de maestro en Ibagué, Guasca, Anolaima y Bogotá, con su participación en las guerras civiles como soldado de las tropas liberales radicales de Santos Acosta y Daniel Hernández. Tras la derrota liberal en 1885, se refugió en Los Llanos y luego marchó al exilio a Venezuela. Por su actitud crítica, el Presidente de Colombia en esa época, Rafael Núñez, puso precio a su cabeza. En 1887, en Caracas, fundó y dirigió la revista Eco Andino y en 1888, con Diógenes Arrieta y Juan de Dios Uribe, fundó la revista Los Refractarios.
Conminado por el gobierno del presidente venezolano Raimundo Andueza Palacio a dejar Venezuela, viajó a Nueva York en 1891 y trabajó en la redacción del periódico El Progreso. En esta ciudad, trabó amistad con el escritor e independentista cubano José Martí. Luego fundó la Revista Ilustrada Hispanoamérica, en la que publicó varios cuentos. En 1898 fue nombrado por el Presidente de Ecuador Eloy Alfaro, como ministro plenipotenciario de Ecuador en Roma y es recordada su negativa de arrodillarse ante el papa León XIII, al afirmar: "no doblo la rodilla ante ningún mortal". A causa de la publicación de su novela Ibis en el año 1900, fue excomulgado por el Vaticano y recibió la noticia con regocijo.
En 1902 fundó en Nueva York la revista Némesis, desde la cual se criticaba al gobierno colombiano de Rafael Reyes y a otras dictaduras latinoamericanas, así como a las imposiciones del gobierno estadounidense, como la usurpación del canal de Panamá y la Enmienda Platt. En 1903 publicó en esa revista Ante los Bárbaros tras lo cual el gobierno de Washington lo obligó a dejar Estados Unidos.
En 1904, el presidente nicaragüense José Santos Zelaya designó a Vargas Vila como representante diplomático en España, junto con el también poeta Rubén Darío. Los dos fueron integrantes de la Comisión de Límites con Honduras ante el rey de España, quien era entonces mediador en el contencioso. Pero esta labor duró poco tiempo pues el colombiano pronto regresó a la edición de sus libros y luego de breves estancias en París y Madrid se asentó en Barcelona, donde inició, por acuerdo con la Editorial Sopena, la publicación de sus obras completas. Rubén Darío le dedicó un par de poemas: "Cleopompo y Heliodemo" y "Propósito primaveral". Durante su estancia en España, donde vivió hasta su fallecimiento, realizó varias giras por varios países de América Latina, donde alcanzó gran popularidad.
Vargas Vila a finales del siglo XIX.
Vargas Vila fue un modernista. El adjetivo "vargasvilesco" designa aquel estilo literario que como el de Vargas Vila tiende a ser hiperbólico y ampuloso. Es considerado junto con el escritor ecuatoriano nacido en Ambato, Juan Montalvo, como el mayor insultador (crítica y sátira culta e ilustrada) de latinoamérica. La obra de Vargas Vila es muy extensa y alcanza alrededor de unos cien trabajos. En algunos casos no es fácil definir con exactitud la fecha de publicación ya que hay ediciones dobles e incluso varios títulos para la misma obra. La siguiente es una lista tentativa de la mayoría de sus escritos. Se escribe el título de la obra y a continuación el año en el cual fue publicada. Un signo de interrogación indica una fecha dudosa.
* Aura o las violetas. 1887. * Pasionarias, álbum para mi madre muerta. 1887. * Emma, Maracaibo. 1888 (En una publicación literaria). * Aura o las violetas; Emma; Lo irreparable. 1889. * Lo irreparable. 1889. * Los Providenciales. 1892. * Flor de fango. 1895. * Ibis. 1900. * A la hora del crepúsculo. 1900?. * Alba roja, París. 1901. * Las rosas de la tarde. 1901. * Ante los bárbaros (los Estados Unidos y la Guerra) el yanki: he ahí el enemigo . Editada en 1917 por Ramón Sopena, reeditada con correcciones y aumento, en 1918 por el mismo Ramón Sopena. * Copos de espuma. 1902. * Ante los bárbaros (los Estados Unidos y la Guerra) el yanki: he ahí el enemigo 1903. * Los divinos y los humanos.1904. * La simiente, París. 1906. * Laureles rojos. 1906. * El canto de las sirenas en los mares de la historia. 1906?. * Los Césares de la decadencia. 1907. * El camino del triunfo. 1909. * La república romana. 1909. * La conquista de Bizancio. 1910. * La voz de las horas. 1910. * Hombres y crímenes del Capitolio. 1910?. * El ritmo de la vida: motivos para pensar. 1911. * Huerto agnóstico; ; Cuadernos de un solitario. 1911. * Rosa mística; mes nouvelles. 1911 * Ibis. 1911? , Novela, edición completa. * Políticas e históricas (páginas escogidas). 1912. * El imperio romano. 1912?. * Archipiélago sonoro, poemas sinfónicos. 1913 * Ars-verba. 1913. * En las zarzas del Horeb. 1913. A esta obra pertenece Visionario. Vid. Visionario en blogspot aut: Visionario en PDF, cuidando el formato original impuesto por el autor, en wikimedia commons. * El alma de los lirios". 1914 * El rosal Pensante. 1914 * La muerte del cóndor; del Poema de la tragedia y de la historia. 1914. * Los parias. 1914. * Verbo de admonición y de combate. 1914. * Pretéritas, Prólogo de R. Palacio Viso. 1915. * Clepsidra roja. 1915? * En las cimas. 1915? * La demencia de Job. 1916. (Novela) * Prosas selectas’. 1916. * María Magdalena. 1916? (Novela). * El cisne blanco (novela psicológica). 1917. * Eleonora (novela de la vida artística). 1917. * Los discípulos de Emaüs (novela de la vida intelectual). 1917. * María Magdalena; novela lírica. 1917. * Rubén Darío. 1917. * El huerto del silencio. 1917?. * Horario reflexivo. 1917? * Los estetas de Teópolis. 1918. * Páginas escogidas. 1918. * La ubre de la loba, Barcelona. 1918?. * El minotauro. 1919. * Cachorro de león (novela de almas rústicas). 1920. * De los viñedos de la eternidad. 1920. * De sus lises y de sus rosas. 1920. * El final de un sueño. 1920. * Libre estética. 1920. * Salomé, novela poema. 1920. * Belona dea orbi. 1921. * El huerto del silencio. 1921. * Prosas-laudes, Barcelona. 1921. * Gestos de vida. 1922. * Mis mejores cuentos. 1922. * Saudades tácitas. 1922. * Némesis. 1923 * Antes del último sueño (páginas de un vademécum). 1924. * Mi viaje a la Argentina; odisea romántica. 1924? * La cuestión religiosa en México. 1926. * Los Soviets. Con Carta-prólogo de D. Oscar Pérez Solís. 1926. * Odisea romántica; diario de viaje a la República Argentina. 1927. * Dietario crepuscular. 1928. * La novena sinfonía. 1928?. * Lirio negro. Germania. 1930. * Lirio rojo. Eleonora. 1930. * Sobre las viñas muertas.1930. * Tardes serenas. 1930. * Lirio blanco. Delia. 1932. * Diario (Tagebücher) 1932 * El maestro. 1935. * El joyel mirobolante (desfile de visiones). 1937. * José Martí: apóstol-libertador. 1938. * El sendero de las almas: novelas cortas. Sin fecha. * Históricas y Políticas. Sin fecha. * Poemas sinfónicos, Barcelona. Sin fecha. * Polen lírico, conferencias. Sin fecha. * Sombras de Águilas. Sin fecha.
La muerte del cóndor es un relato histórico sobre la vida y, especialmente, la muerte del Presidente ecuatoriano Eloy Alfaro. Publicado en 1924, Vargas Vila erige a Alfaro como uno de los grandes hombres latinoamericanos, un ejemplo de líder y de guerrero, a la usanza de José Martí. El autor se despacha contra Leónidas Plaza y demás líderes que traicionaron a Alfaro y lo condenaron a una muerte horrible.
La República Romana es una obra de Vargas Vila en la que a través de una crítica dirigida a la sociedad Romana antigua, su interés de dominación y los males que conlleva como la tiranía, en realidad está haciendo una crítica a la sociedad contemporánea y a los imperios conformados en el siglo XIX especialmente el norteamericano por el cual Vargas Vila siente gran resquemor. Esto es posible gracias a la sincronía temática de los diferentes momentos históricos que le dan la opción al autor de hacer una crítica contra las acciones de los poderosos de todas las épocas ya que para él “los excesos de los últimos déspotas romanos son paralelos a los crímenes de los políticos latinoamericanos que prefirieron mantener su poder económico y político antes que preservar los ideales de la democracia” como se señala en su propio libro.
Entre los aspectos que se mencionan en “La república Romana”, Vargas Vila hace gran énfasis en la esclavitud, que junto a la Aristocracia y el militarismo, fueron los males que acabaron con la República; ya que la esclavitud degrada la naturaleza humana, siendo más fácil encadenar a un hombre libre, que liberar el alma de un esclavo, y con el paso del tiempo se legitima el despotismo, siendo legitimada también la esclavitud. Vargas Vila también retoma la pobreza causada por el desempleo, la acumulación de riquezas en unos cuantos y el abaratamiento de los salarios que contribuyó a la esclavización de los hombres libres.
Otro aspecto notable de la sociedad romana que Tiberio Graco, político popular romano del siglo II a. C., notó que requería una reforma, era la cuestión agraria (que en la historia colombiana también ha tenido diversas dificultades), que se ha visto entorpecida por el acaparamiento de las riquezas y por la guerra entre los grandes capitalistas dificultando la justa repartición de las tierras, siendo ésta cuestión donde radica la injusticia. Con su libro, José María Vargas Vila pretende dar herramientas especialmente a los lectores jóvenes para realizar una lectura alterna de su propia realidad, ya que él en su exilio estuvo con la esperanza de que había un camino de regreso a su patria.
Referencias
* Cobo Borda, Juan Gustavo 1980 DISIDENTE semana.com.doc "El divino iracundo"; Semana 1112, 12 de noviembre de 1980.
* Sánchez, Ricardo 1981 "El Anti-imperialismo de Vargas Vila", Prólogo de Ante los bárbaros, Bogotá: Editorial La Oveja Negra. Existe una copia de la obra en formato PDF Ante los Bárbaros, pero no incluye el prólogo de Ricardo Sánchez sino fragmentos de un texto de Carlos Vidales (ver más abajo).
* Vargas Arango, María Isabel 1993 "José María Vargas Vila"; Gran Enciclopedia de Colombia del Círculo de Lectores, tomo de biografías.
* Vidales, Carlos 1997 "Vargas Vila, panfletario y libertario"; La Rana Dorada


viernes, 1 de mayo de 2015

Vargas Vila, antiimperialista


vargas-vila
Hernán A. Ortiz Rivas
"Vargas Vila, por encima de todo, defendía las libertades públicas con sus palabras envueltas en rayos, truenos, centellas, sin buscar sus fundamentos sociales, políticos o jurídicos, que no le importaban, porque primero estaba su estilo literario que era un látigo altisonante".
A finales del siglo XIX, y primeras décadas de la centuria siguiente, la sociedad colombiana avanzaba firmemente en el proceso de consolidar el modo de producción capitalista, al mismo tiempo que se iba implantando la ideología burguesa, producto de la modernidad europea; situación histórica que estuvo penetrada por la dominación del imperialismo norteamericano, que había saqueado al canal de Panamá, perteneciente a Colombia, hasta los primeros años del siglo XX.
Durante este periodo, que cubre un poco más de siete décadas, vivió José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila (Bogotá, 1860-Barcelona, 1933), cuya infancia y juventud las pasó en tierra patria, la edad madura en Venezuela, Cuba, y especialmente en Europa: España, Italia, Francia, Alemania, donde se dedicó a escribir una obra voluminosa, muy leída en Latinoamérica, obra que debe entenderse en el contexto histórico señalado al comienzo.

El enemigo el yanqui

En el presente escrito, con suma rapidez y ligereza, nos referimos a su antiimperialismo, contenido en el libroAnte los bárbaros. El yanqui: he ahí al enemigo, dejando para otra ocasión su crítica a la religión católica, los gobiernos de su tiempo, como la Regeneración de Núñez, los viajes, las memorias, que son textos de antología literaria e histórica.
De más de cien libros de Vargas Vila, publicados en vida, menos de la mitad pueden quedar como textos perdurables, que deben leerse con provecho e interés cultural.
El título de la obra que nos ocupa, por sí solo, constituye un grito de combate frente al imperialismo norteamericano, el máximo explotador de las riquezas de nuestras tierras, el dominador de todos los gobiernos de Latinoamérica, con excepción de la gloriosa República de Cuba, a partir de 1959, donde se estableció una auténtica Revolución, que ha inspirado los movimientos de liberación en Venezuela, Ecuador, Bolivia, Uruguay, Argentina, donde en estos momentos soplan vientos de cambio que marchan hacia el socialismo, nueva gesta de emancipación ante el imperio, que ha comenzado a ver el desmoronamiento de su explotación y dominio.
La obra de Vargas Vila contra el imperialismo norteamericano fue publicada en 1900, en la tipografía de Gaetano Pistolezzi, en Roma; de ahí en adelante se ha editado, en forma profusa, en muchos países de lengua española. Para los lectores que desconocen la pluma de Vargas Vila, dedicada a temas históricos, políticos, sociales, económicos, conviene prevenirlos de que él no trataba estos temas como un científico, sino mediante una literatura de combate muy adornada con frases llenas de fuego contra el enemigo, sea un gobernante, un momento histórico, una nación, un sistema socioeconómico o jurídico-político, que incendiaba con su verbo, según sus propias palabras.
Vargas Vila, por encima de todo, defendía las libertades públicas con sus palabras envueltas en rayos, truenos, centellas, sin buscar sus fundamentos sociales, políticos o jurídicos, que no le importaban, porque primero estaba su estilo literario que era un látigo altisonante.
Ante los bárbaros. El yanqui: he ahí al enemigo se debe estudiar como un libelo, lleno de palabras, que encierra un grito de guerra contra un enemigo: el imperialismo norteamericano, que desde fines de siglo XIX se apoderaba de las tierras liberadas por Bolívar, San Martin, O’Higgns y tantos luchadores que no podemos mencionar en esta oportunidad.

Vargas Vila

La obra de Vargas Vila no es un estudio sobre el imperialismo norteamericano, desde un punto de vista económico, político, o social, sino una denuncia literaria contra el enemigo mayor de los pueblos del mundo a partir del siglo XX. En un prólogo a su obra de 1923, Vargas Vila dijo: “Toda la literatura y toda la política antiyanqui de los últimos cinco lustros en América emanan de mis ideas, las teorías y las pasiones que forman este libro”. En gran parte tuvo razón al escribir estas palabras, porque él fue uno de los pioneros, en Colombia, en asumir una actitud antiimperialista contra Estados Unidos, posición que estaba envuelta con tempestades verbales, salidas de su pluma llena de fuego contra el imperio del Norte.
El antiimperialismo de Vargas Vila era radical, valeroso, le ocasionó muchos sinsabores en Estados Unidos, país de donde tuvo que salir a principios del siglo pasado. Más tarde, en agosto de 1915, escribió un pequeño ensayo, titulado Panlatinismo, donde emprendió de nuevo sus ataques contra el imperialismo norteamericano, el mayor enemigo de las tierras suramericanas, al cual se debía enfrentar con un panlatinismo, unión de todos los países “contra el yanqui”, montado en la doctrina Monroe; al imperialismo debemos combatirlo con el “panlatinismo”, dijo Vargas Vila.
Sin la menor duda, Vargas Vila fue un virtuoso de la diatriba, el vituperio, tanto que Borges dijo que él era el autor de “la injuria más espléndida” que había conocido en la lengua castellana; Rubén Darío lo calificaba como “luminosa diestra de Víctor Hugo, si hubiera nacido en Francia.


sábado, 10 de mayo de 2014

DEL DIARIO SECRETO DE JOSE MARIA VARGAS VILA - Pensamientos


















































"Hasta hace  5 años  se pensaba que  el diario  de Vargas Vila se encontraba bajo la custodia  del gobierno Mexicano. sin embargo  en una entrevista  que se le hizo a Fidel  Castro  en 1985, este revelo que el gobierno cubano  guardaba  celosamente  no solo  el diario, sino tambien  unas cuantas  novelas  y documentos...."

Consuelo Triviño...Prologo "El Diario Secreto"

(entrada en construcción)

El mundo exterior no existe para un pensador solitario" (pag 46)

"un año mas...un siglo mas...un paso mas hacia la vejez  y hacia  la muerte, ¿ vale la pena festejar? (pag 52)

Llego a la tribuna...
Grandes aplausos prematuros, ¿ por que me  apaluden sin no saben  lo que voy a decir? (pag 60)

"La injusticia nos  subleva aun para aquellos  que la merecen, Neurosis incurable" (pag 74)

"Vivir para el bien de otros es un noble gesto, pero vivir  para que otros se enriquezcan es una imbecilidad" (pagina 78)

"yo no  he vivido la politica; la  he escrito. Mis palabras y mis libros  han sido  mis unicas  acciones politicas" ( pag 95)

" Mi literatur  vale mas por  las dosis de  ideas de libertad  que hay en ella. Mis novelas, de Flor de Fango a Cachorro de leon, respiran  el mismo soplo afanoso y caliginoso de amor  la libertad por los oprimidos..." ( pagina  106)

"todos mis entusiasmos han muerto en mi,menos mi entusiasmo por la libertad" (diario secreto) febrero de 1920  (pag 108)

martes, 7 de agosto de 2012

VARGAS VILA, PANFLETARIO Y LIBERTARIO



La Rana DoradaCarlos Vidales

José María de la Concepción Apolinar Vargas Vila Bonilla nació en Bogotá, en una familia de ideas radicales, el 23 de julio de 1860. Murió en Barcelona el 23 de mayo de 1933. Fueron sus padres el general José María Vargas Vila y Elvira Bonilla. Hizo sus estudios primarios y secundarios en Bogotá.
Desde muy temprano participó en luchas políticas como periodista, agitador y orador. Tenía dieciséis años apenas cuando se enroló en las fuerzas liberales del general Santos Acosta. A la edad de 24 años, en 1884, actuó como secretario del general radical Daniel Hernández, durante el alzamiento que éste dirigió contra el presidente Rafael Núñez, líder del partido "nacionalista" y caudillo de la"Regeneración Nacional". Colombia era entonces una República Federal constituida por "Estados Soberanos" y con frecuencia sacudida por pronunciamientos y guerras civiles regionales. El levantamiento del general Daniel Hernández se inició en el Estado Soberano de Santander (al nororiente del país) y muy pronto se irradió a toda la nación. En 1885 los sublevados vencieron a las tropas del gobierno en la batalla de La Humareda, pero sus pérdidas fueron tan grandes que les resultó imposible continuar las operaciones. El propio jefe de la rebelión murió en esa terrible carnicería. Su secretario, Vargas Vila, huyó a los Llanos del Casanare donde el general Gabriel Vargas Santos le ofreció hospitalidad y refugio. Allí escribió su obra "Pinceladas sobre la última revolución de Colombia; siluetas bélicas".
Con este libro nació el Vargas Vila demoledor, iconoclasta, panfletario. En él trazó retratos crueles, grotescos, de los grandes jefes políticos de la "Regeneración", acentuando hasta la caricatura su confesionalismo católico, descalificando con adjetivos lapidarios, quemantes, todas las supuestas virtudes cívicas de esos líderes y presentándolos como monstruos ávidos de poder y cargados con todas clase de lacras morales. La respuesta gubernamental fue inmediata: se ofreció recompensa por la captura de Vargas Vila, vivo o muerto.
El panfletario huyó a Venezuela y se estableció en Rubio, donde fundó el periódico "La Federación". El gobierno de Colombia, mediante presiones y protestas, logró que esta publicación fuera clausurada por las autoridades de Venezuela. Vargas Vila se trasladó a Maracaibo y allí inició la producción de sus primeras novelas, que publicaba y vendía en forma de folletos, por entregas.
En 1891 viajó a los Estados Unidos y se radicó en Nueva York, donde muy pronto entabló relaciones con muchos exiliados latinoamericanos, intelectuales y conspiradores. Una cálida amistad lo unió al admirable José Martí y juntos participaron en actos, reuniones literarias, foros y encuentros de trabajadores, políticos y poetas. Martí nos ha dejado el testimonio de una reunión con obreros en la cual fue apasionado "el vehemente entusiasmo con que, sacados de sus asientos por ímpetu de amor, saludaron aquellos esclavos de América la peroración cadenciosa, inspirada, valentísima del colombiano José M. Vargas Vila, que cuenta sus días ya gloriosos por las batallas afamadas de su palabra y de su pluma en pro de la libertad".
En Nueva York, Vargas Vila fundó y redactó la revista "Hispanoamérica" y el diario "El Progreso". Allí se publicó también su libro "Los Providenciales", feroz diatriba contra los arrogantes caudillos y dictadores latinoamericanos.
En 1893 viajó a Venezuela donde el presidente Crespo lo nombró su secretario particular. Pero esto duró poco, pues Crespo fue derrocado y Vargas Vila debió regresar a su exilio en Nueva York. Están documentados sus frecuentes encuentros con José Martí y una carta de éste último, escrita a fines de 1894, muestra que Vargas Vila fue informado por su amigo cubano sobre los planes de retorno a la isla para integrarse a la guerra de independencia. Pocos meses más tarde, el 19 de mayo de 1895, caía Martí herido de muerte en el suelo de la patria que había amado por sobre todas las cosas de la vida.
Vargas Vila se fue a vivir a París, donde se habían refugiado tantos brillantes escritores latinoamericanos (Rufino Blanco Fombona, Enrique Gómez Carrillo y muchos otros). Con ellos estableció relaciones de amistad personal e intelectual, al mismo tiempo que continuaba publicando artículos, ensayos, novelas, narraciones y panfletos políticos. En Nueva York, a donde regresó en 1902, fundó la revista "Némesis", que pronto se hizo muy famosa. Él la escribía y editaba íntegramente y en sus páginas pueden hallarse las más finas y las más terribles de sus frases de combate. Es notable que Vargas Vila escogiera trasladarse a Nueva York para escribir allí, y no en otro lugar, su violento libro "Ante los bárbaros", implacable requisitoria contra el expansionismo norteamericano, con sus flamantes cañoneras y su "Política del Garrote".
Nuevamente establecido en París, continuó allí la publicación de "Némesis". Pero su vida personal había llegado a un punto crítico. Era intelectualmente admirado y temido, pero también profundamente odiado por gobiernos, academias e intelectuales tradicionalistas. Era un solitario, como un toro furioso combatiendo en medio del ruedo, sin vida afectiva íntima, sin un amor profundo, sin una compañía duradera. La neurosis comenzó a manifestarse en forma de actitudes agresivas e intolerantes, incluso hacia los propios amigos que lo estimaban y admiraban. Su médico le indicó que debía cambiar de aires. Se fue a vivir a Venecia.
Aunque el paréntesis veneciano fue breve (regresó a París en 1904), sus extravagancias decadentes contribuyeron allí a alimentar la Leyenda Negra de Vargas Vila que ya había comenzado a crecer como una hidra. En París, en Bogotá, en Caracas, en Nueva York, se decía que el panfletario era inmensamente rico. Que vivía como un príncipe. Que odiaba a las mujeres, a los curas y a las monjas. Que su misantropía y su odio a la iglesia nacían del hecho de ser hijo de un cura párroco y una monja depravada. Que era anarquista y que ayudaba con su dinero a los seguidores de Malatesta, financiando asesinatos y bombazos contra duques y marqueses. Que era homosexual. Que presidía sesiones de satanismo con sus amigos y cómplices. Que era impotente y que esta era la razón de su odio a todo lo viviente. Que era hermafrodita.
La sola enumeración de las perversiones y sicopatologías que se adjudicaron a Vargas Vila podría servir para hacer el catálogo de las perversiones y sicopatologías de sus calumniadores: la beatería tradicionalista de su país, los viejos círculos clericales hinchados de privilegios, cargados de rencores y de odios, incapaces de sentir amor cristiano, inválidos para la reconciliación y la bondad. Los intelectuales al servicio de estas alimañas no mencionaban siquiera el nombre de Vargas Vila. Hablaban del "expatriado", el"satánico", el "bastardo", el "lenguaraz despreciable", el "desnaturalizado""el blasfemo""el luciferino mendaz", el "enemigo de la paz, el orden y la autoridad""el decadente pernicioso", el "disolvente", el"degenerado". Nunca hicieron un crítica literaria de sus obras, un análisis de sus ideas, un cuestionamiento razonado de su pensamiento, su estilo o su lenguaje. No tuvieron valor, ni grandeza moral ni capacidad intelectual suficientes para ello. Fueron, en toda la línea, inferiores y pigmeos. Lo único que pudieron oponer a Vargas Vila fue un sartal de calumnias infames.
Por supuesto, el panfletario no era de ninguna manera perfecto. Sus opiniones eran tajantes, categóricas, no dejaban lugar a la discrepancia. Carecía de modestia intelectual, era arrogante y vanidoso. Estaba convencido de que su genio era incomparable. Se elogiaba con frecuencia a sí mismo de una manera irritante. Su egolatría era monumental. Esto daba material abundante a sus enemigos.
Pero la causa fundamental de la inquina contra Vargas Vila fue su irreductible anticlericalismo, su apasionada defensa del libre pensamiento. En la oración fúnebre para su amigo el poeta Diógenes Arrieta (1897), en París, pronunció esta frase sobre Colombia, que jamás se le ha perdonado:
-- ¡Duerme en paz, amigo, lejos del imperio monacal que nos deshonra!
Vargas Vila empleó siempre toda su potencia de fuego, su feroz estilo virulento y mordaz, contra los desmedidos privilegios del clero y de la Iglesia, contra el dogmatismo y la intolerancia. Usaba frases y metáforas que abrían heridas incurables y luego ponía en esas heridas la sal o el ácido quemante de renovadas imprecaciones. Fue un virtuoso del vituperio y de la diatriba, puestos al servicio del pensamiento laico.
Su estilo era profético: usaba palabras grandilocuentes, verbos y adjetivos tremendistas. Presentaba los conceptos abstractos como entes mitológicos, con nombres en mayúsculas: la Ambición, el Odio, la Hipocresía, la Grandeza. Sus sentencias eran lapidarias. Sus conclusiones, proverbiales. Usaba la paradoja como una maza para aplastar a sus adversarios. Su fraseo era entrecortado, con hiatos arbitrarios que evocaban el estilo desmelenado de don Simón Rodríguez; pero a diferencia de éste, nunca era campechano ni familiar. Se ha dicho a veces que era demasiado efectista, artificioso, con un cierto gusto decadente por las decoraciones recargadas, a lo D'Annunzio; pero ninguno de sus adversarios salió ileso ni sonriente después de una descarga de tales florilegios.
Sería tonto sostener que toda la obra de Vargas Vila merece admiración. En sus escritos hay mucha hojarasca, muchas extravagancias de poco mérito, muchas frases ruidosas y estridentes sin mayor substancia. Pero en aquellas líneas donde su talento fulgura, logra formular ideas propias y conceptos admirables. Es entonces cuando enseña, impresiona y apasiona.
Su estadía en París (1904) fue muy breve. El gobierno de Nicaragua lo llamó a cumplir funciones consulares en España. Allí, con Rubén Darío, integró la Comisión de Límites con Honduras ante el rey de España, quien era entonces mediador en el contencioso. Pero Vargas Vila no era hombre de cargos diplomáticos; pronto regresó a su trabajo creador. Se puso al frente de la edición de sus libros y luego de breves estancias en París y Madrid se asentó en Barcelona. Fue allí donde se inició, por acuerdo con la Editorial Sopena, la publicación de sus obras completas.
Este fue uno de los grandes éxitos editoriales de esos años. Vargas Vila llegó a gozar de ingresos muy considerables gracias a esta edición. Su popularidad como escritor era inmensa. Su nombre no se mencionaba (ni se menciona hoy) en las antologías, en las historias de la literatura o en los artículos de crítica literaria. Pero sus libros circulaban en las tabernas, en los corredores de las universidades, en las herrerías, en las oficinas de comercio, en los talleres de sastrería, entre los empleados de los servicios públicos, en la clientela de las peluquerías y de las carnicerías. Vargas Vila ha sido por eso, como pocos, forjador y maestro de la cultura popular en Nuestra América. Yo he encontrado libros suyos en bebederos de aguardiente de Risaralda (Colombia), entre bultos de papa; en un cafetín de Buenos Aires, en la zona del puerto, alimentando la conversación de los parroquianos a la hora de la siesta; en la cartera de una empleada de correos de Montevideo, para ser llevado del trabajo al café Sorocabana de la Plaza Libertad, donde un grupo de amigos esperaba para el debate intelectual del anochecer; en una pescadería de Valparaíso, cuyo propietario interrumpía la atención a los clientes para leerme párrafos enteros de "Los Césares de la decadencia" con entusiasmo sincero; en una "fazenda" brasilera, donde el mulato más letrado tenía el encargo de leer a los trabajadores reunidos algún texto "bueno para el alma"; en una peluquería del Cuzco (Perú), entreverado con revistas de moda y de deportes, para que los clientes que pagaban por la trasquilada ("sentado, 10 soles; parado, 5 soles") pudieran ilustrarse; y naturalmente, en mi propio pupitre de escolar, en Santiago de Chile, cuando fundé un club de adolescentes conspiradores y traficantes de libros prohibidos y blasfemos.
Vargas Vila hizo una gira por América Latina en 1923. Visitó Buenos Aires, Montevideo, Río de Janeiro, México, La Habana y otras ciudades importantes. Dictó conferencias, muy agitadas y concurridas. Libró polémicas a través de los periódicos. Los periodistas le hicieron entrevistas escandalosas. Causó revuelo y estrépito. Los curas sermoneaban desde los púlpitos ofreciendo las llamas eternas del infierno al apóstata que leyera los libros de este monstruo. Esto hizo aumentar explosivamente las ventas de sus obras.
Fue al final de esta gira, en La Habana, donde Vargas Vila contrajo una enfermedad extraña que afectó su vista y que terminaría por dejarlo completamente ciego. Regresó a Barcelona, donde transcurrió los últimos años de su vida en completa soledad, sin dar ni pedir cuartel a sus rencorosos enemigos. Murió en 1933, cuando ya comenzaba a gestarse el terrible drama de la guerra civil española. Los círculos de obreros anarquistas y socialistas lo leían con avidez y entusiasmo, lo respetaban y lo reconocían como a un maestro. Y en efecto, por encima de todo, Vargas Vila fue siempre un apóstol de las ideas libertarias. Esto fue lo mejor de su ideología, porque en ocasiones se perdió en los laberintos de las doctrinas nihilistas o en la búsqueda del "superhombre" de Nietzsche. Causa emoción constatar que ninguno de sus grandes defectos le hizo perder su aliento humanista.
Escribió narraciones, novelas, relatos de viaje, obras de teatro, notas de historia y de estética, conferencias, artículos de crítica y ensayos políticos. En todos ellos campea el amor por la libertad y la pasión por la justicia social.

C.V. (Estocolmo, 1997).
Bibliografía de José María Vargas Vila
La obra de Vargas Vila abarca unos cien volúmenes. Existen dos ediciones diferentes de sus Obras Completas: Bouret (París-México, abreviado aquí como PM) y Ramón Sopena (Barcelona, abreviado aquí como RS). Esta última se considera la definitiva. Las "Obras Completas" publicadas en Buenos Aires en 1946 (2 volúmenes), son apenas una selección de sus producciones más vendidas. No es fácil determinar exactamente la fecha de publicación de algunas de sus obras (hay ediciones dobles, con diferentes títulos para la misma obra, etc.). La que sigue es una lista tentativa. Un signo "?" al lado del año, indica que la fecha es dudosa.
1887 Aura o las violetas, Maracaibo; 1892, Bogotá; 1920, París; s.f., RS.
1887 Pasionarias, álbum para mi madre muerta, San Cristóbal.
1888 Emma, Maracaibo, (en una publicación literaria).
1889 Aura o las violetas; Emma; Lo irreparable, Maracaibo; 1898, 1918, 1920 y 1930, PM, Biblioteca de los Novelistas; 1934, RS, t6.
1889 Lo irreparable, Maracaibo (en el periódico Ecos de Zulia).
1892 Los Providenciales, New York.
1895 Flor de fango, París; 1918, PM, Biblioteca de los Novelistas; 1918, RS, t 14.
1900 Ibis, Roma; 1911, RS, t 2; 1917, París.
1900? A la hora del crepúsculo, París.
1901 Alba roja, París; 1919 y 1930, RS, t 4.
1901 Las rosas de la tarde, PM (Biblioteca de los Novelistas); 1933, edición definitiva, RS, t 13.
1902 Ante los bárbaros: el Yanki. He ahí el enemigo, Nueva York. 1902, París; 1923 y 1930, RS, t 55.
1902 Copos de espuma, París; 1918 y 1923, PM, Biblioteca de los novelistas; 1930, RS, t 38.
1904 Los divinos y los humanos, París; 1917, ibid.; 1920 y 1930, RS, t 29.
1906 La simiente, París; s.f., edición definitiva, RS, t 1.
1906 Laureles rojos, París; 1921, ibid.; 1921, RS, t 44.
1906? El canto de las sirenas en los mares de la historia, RS.
1907 Los Césares de la decadencia, París; 1913; 1936, RS, t 34.
1909 El camino del triunfo, La Habana; RS, t 10.
1909 La república romana, París; s.f., RS, t 36.
1910 La conquista de Bizancio, RS, t 11.
1910 La voz de las horas, Barcelona; 1920, edición definitiva, RS, t 18.
1910? Hombres y crímenes del Capitolio, RS.
1911 El ritmo de la vida: motivos para pensar, PM; s.f., edición definitiva, RS, t 33.
1911 Huerto agnóstico; cuadernos de un solitario, RS; 1912, PM y RS, t 43.
1911 Rosa mística; mes nouvelles, Barcelona.
1911? Ibis, novela, edición completa, México.
1912 Políticas e históricas (páginas escogidas), PM.
1912? El imperio romano, obra inédita, Barcelona; 1936, RS, t 54.
1913 Archipiélago sonoro, poemas sinfónicos, PM; 1930, RS, t 19.
1913 Ars-verba, PM; 1921, RS, t 42.
1913 En las zarzas del Horeb, PM; 1930, RS, t 41.
1914 El alma de los lirios, PM.
1914 El rosal Pensante, París; 1923, RS, t 40.
1914 La muerte del cóndor; del Poema de la tragedia y de la historia, Barcelona 1914; 1935, edición definitiva, RS, t 37.
1914 Los parias, París; 1926, ibid. (Biblioteca de los Novelistas); s.f., RS, t 16.
1914 Verbo de admonición y de combate, PM; 1921, edición definitiva, RS, t 39.
1915 Pretéritas, Prólogo de R. Palacio Viso, PM; 1921 y 1930, RS, t 46.
1915? Clepsidra roja, Barcelona; 1916, 3a. ed., Barcelona; 1921 y 1930, RS, t 47.
1915? En las cimas, Barcelona; 1916, ibid.
1916 La demencia de Job: novela, Madrid; 1930, RS, t 15.
1916 Prosas selectas, Barcelona; RS, t 51.
1916? María Magdalena (novela), México.
1917 Ante los bárbaros (los Estados Unidos y la Guerra) el yanki: he ahí el enemigo, RS; 1918, corregida y aumentada, RS.
1917 El cisne blanco (novela psicológica), Barcelona.
1917 Eleonora (novela de la vida artística), Barcelona.
1917 Los discípulos de Emaüs (novela de la vida intelectual), Barcelona; 1923, RS, t 7.
1917 María Magdalena; novela lírica, RS, t 5.
1917 Rubén Darío, Madrid; 1922, edición definitiva, RS, t 35.
1917? El huerto del silencio, Barcelona.
1917? Horario reflexivo, Barcelona; 1923, RS, t 26.
1918 Los estetas de Teópolis, novela, Madrid; 1922, RS, t 8.
1918 Páginas escogidas; literatura, PM.
1918? La ubre de la loba, Barcelona; 1920, edición definitiva, RS, t 28.
1919 El minotauro, novela, RS, t 12.
1920 Cachorro de león (novela de almas rústicas), RS; 1930, edición revisada y corregida por el autor, RS, t 30.
1920 De los viñedos de la eternidad; obra inédita, RS, t 25.
1920 De sus lises y de sus rosas, Barcelona; 1931, RS, t 17.
1920 El final de un sueño: novela inédita, Barcelona, 1920; 1936, RS, t 27.
1920 Libre estética, RS, t 32.
1920 Salomé, novela poema, edición definitiva, RS, t 24).
1921 Belona dea orbi, Barcelona; 1936, RS, t 48.
1921 El huerto del silencio: tragedia lírica, RS, t 43.
1921 Prosas-laudes, Barcelona; 1931, RS, t 45.
1922 Gestos de vida, obra inédita, RS, t 53.
1922 Mis mejores cuentos, novelas breves, Madrid.
1922 Saudades tácitas, obra inédita, RS, t 49.
1923 Némesis, México.
1924 Antes del último sueño (páginas de un vademécum), PM, Biblioteca de los Novelistas.
1924? Mi viaje a la Argentina; odisea romántica, Buenos Aires (Biblioteca Las Grandes Obras, 21).
1926 La cuestión religiosa en México, México.
1926 Los Soviets, con Carta-prólogo de D. Oscar Pérez Solís. Barcelona.
1927 Odisea romántica; diario de viaje a la República Argentina, Madrid (Obras Inéditas).
1928 Dietario crepuscular, Madrid, 1928 (Obras Inéditas, II).
1928? La novena sinfonía, novela, Madrid (Obras Inéditas).
1930 Lirio negro. Germania, edición definitiva, RS, t 23.
1930 Lirio rojo. Eleonora, RS, t 22.
1930 Sobre las viñas muertas, edición definitiva, RS, t 3.
1930 Tardes serenas (obra inédita), Barcelona, Colección Idea, Sección de Autores Americanos.
1932 Lirio blanco. Delia, edición definitiva, RS, t 20.
1935 El maestro, La Habana (Obras póstumas).
1937 El joyel mirobolante (desfile de visiones), Guayaquil, Ecuador (Obras Póstumas).
1938 José Martí: apóstol-libertador, con prefacio de Ramón Palacio Viso, París (Obras Póstumas).
s.f. El sendero de las almas: novelas cortas, RS, t 31.
s.f. Históricas y Políticas, RS, t 50.
s.f. Poemas sinfónicos, Barcelona.
s.f. Polen lírico, conferencias, RS, t 52.
s.f. Sombras de Águilas, RS, t 9.
C.V. (Estocolmo, 1997).
Algunas lecturas sobre Vargas Vila
Andrade Coello, Alejandro: Vargas Vila; ojeada crítica de sus obras: de "Aura o las violetas" a "El ritmo de la vida". Quito, 1912.
Besseiro, Victorio Luis: Un hombre libre: Vargas Vila, su vida y su obra. Buenos Aires, 1924.
Botero, Ebel: "Un hombre en blanco y negro: Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 671-674.
Castañeda Aragón, Gregorio: "Cosas de Vargas Vila", en Revista del Atlántico (Barranquilla, Gobernación del Depto. del Atlántico, no. 1, diciembre de 1958), pp. 119-121.
Cejador, Julio: Historia de la literatura y lengua española. Madrid, 1918, vol. 9.
Escobar Uribe, Arturo: "¿Fue Vargas Vila un resentido?", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 679-683.
Giordano, Alberto: Vargas Vila: su vida y su pensamiento. Buenos Aires, 1946; ibid., 1949.
Henríquez Ureña, Max: Breve historia del modernismo. México - Buenos Aires, 1954, pp. 327-328.
Maya, Rafael: "Crónica de Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 656-662.
Miramón, Alberto: "La primera producción literaria de José Ma. Vargas Vila", en Boletín Cultural y Bibliográfico, Banco de la República, vol. VIII, no. 5, Bogotá, 1965, pp. 675-678.
Ortega, José J.: Historia de la literatura colombiana. Bogotá, 1934.
Palacio Viso, Ramón: Vargas Vila, su vida y su obra. s.l, s.f.
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C.V. (Estocolmo, 1997).

Portada de la edición definitiva de "Ante los bárbaros" (Barcelona, 1930)

Portada de la edición definitiva de "Ante los bárbaros" (Barcelona, 1930)
Portada de la edición definitiva de "Ante los bárbaros" (Barcelona, 1930)

IBIS - VARGAS VILA

Un fragmento de una novela que rompe con la narrativa en Colombia al inicio del siglo XX...

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